por Carmen Viñas.

A finales de marzo, una foto incendió las redes sociales. En ella aparecía el nuevo ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, (CSU) rodeado por ocho hombres y el siguiente pie de foto: “equipo líder completo”. La imagen reflejaba con gran claridad la situación de las mujeres en la política alemana. Y es que no se engañen. Aunque el país está gobernado por una mujer, la canciller Angela Merkel, la presencia de las féminas en la política es discreta, sobre todo en los puestos de mando.

La imagen de la discordia. Captura de pantalla de la Homepage del Ministerio del Interior, Construcción y Patria. La foto muestra al ministro Horst Seehofer (CSU) junto a su equipo formado exclusivamente por hombres.

Cierto es que la participación de las alemanas en la vida política ha aumentado considerablemente en los últimos treinta años, con un mayor uso de su derecho al voto, representación en casi todos los órganos de representación política e incluso consideran la política como una salida profesional. Pero los obstáculos, sin embargo, continúan siendo incomprensiblemente grandes para un país de democracia consolidada y que, al menos sobre el papel, lucha por la igualdad de género. Ellas quedan todavía fuera de los procesos importantes de toma de decisiones, les cuesta acceder a cargos políticos y de liderazgo, y están expuestas a estereotipos de género, que, en muchas ocasiones, se reflejan en las informaciones de los medios de comunicación.

La proporción de mujeres que ocupan altos cargos en el Gobierno alemán apenas ha aumentado en comparación con el período legislativo anterior. A principios de 2014, alrededor del 26 por ciento de los ministros federales, ministros de estado, secretarios de estado y jefes de departamento eran mujeres; cuatro años después, alrededor del 29 lo son. Según datos del Gobierno Federal a 31 de marzo de 2018, la proporción es de 139 hombres y 57 mujeres, mientras que en 2014, las cifras eran de 144 hombres y 50 mujeres.

En el primer nivel, el de los Ministerios, de las 15 carteras ministeriales que conforman el Gobierno alemán en esta cuarta legislatura de Merkel, nueve están dirigidas por hombres. Es decir, hay seis ministras, frente a las cinco de la legislatura anterior. La conservadora Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) se ha retratado claramente al designar a tres hombres para ocupar los tres ministerios que le correspondieron en las negociaciones como socio del gobierno tripartito: el citado Seehofer en Interior, Andreas Scheuer en Transporte y Gerd Müller en la cartera de Cooperación Económica.

La canciller Angela Merkel, en cambio, dejó muy claro desde el principio, que su elección sería paritaria e incluso para conseguirlo sacrificó a uno de sus leales. Designó a tres hombres y a tres mujeres para los seis ministerios que ha asumido su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU). Agricultura (Julia Klöckner), Defensa (Ursula von der Leyen) y Educación (Anja Karliczek) están dirigidos por mujeres, mientras que Economía (Peter Altmeier), Sanidad (Jens Spahn) y Asuntos Especiales (Helge Braun) son dirigidos por varones. Del mismo modo, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) optó por un equilibrio en sus correspondientes seis ministerios: ha puesto Justicia (Katarina Barley), Familia (Franziska Giffey) y Medio Ambiente (Svenja Schulze) en manos de mujeres, pero ha reservado las carteras más relevantes a los varones: Finanzas (Olaf Scholz), Asuntos Exteriores (Heiko Maas) y Trabajo (Hubertus Heil). Sólo con que la CSU bávara hubiese nombrado a una ministra, se habría configurado el primer gabinete con igualdad de género en la historia de la República Federal.

Lamentablemente esta desproporción en cuanto al género no es exclusiva de los ministerios, sino que también sucede, y en mayor medida, en el nivel inmediatamente inferior en cuanto a mando, en las secretarías de estado. Sólo 19 mujeres ocupan ese cargo. Los hombres son el doble. La Cancillería o el Ministerio de Trabajo son la excepción a esta norma, con mayoría de mujeres en cuanto a secretarias o ministras de Estado.

Aquella célebre imagen de Seehofer fue rápidamente borrada de las redes sociales, y el portavoz del ministerio del Interior, Johannes Dimroth, desmintió que en la elección hubiera habido sexismo: “El ministro elige a personas cuya forma de pensar es acorde con los grandes retos a los que nos enfrentamos”, sentenció. Pero la realidad no cambia borrando una foto.

El panorama en el Bundestag tampoco mejora. El Parlamento alemán es, de hecho, tan masculino como durante las dos últimas décadas. En esta legislatura cuenta con 709 diputados, de los cuales 490 son hombres y 219 mujeres. Es decir, solo el 30 por ciento de las plazas corresponden a mujeres, porcentaje que incluso marca un retroceso respecto a la legislatura anterior (37 por ciento), y lo que es peor, iguala al de diputadas en 1998. Una evidencia, no solo de la sonrojante infrarepresentación de la mujer en la cámara baja, sino del alarmante retroceso.

La Gran Coalición tripartita insiste en su compromiso de “permitir que mujeres y hombres ocupen los mismos puestos de liderazgo en la administración federal para el año 2025”. Pero con esta velocidad de crucero, la meta se antoja difícilmente alcanzable.

Tras las elecciones federales de septiembre, las riendas de los dos grandes partidos alemanes quedan en manos femeninas. La CDU de Merkel ha elegido el pasado febrero a Annegret Kramp-Karrenbauer como nueva secretaria general, mientras que los socialdemócratas del SPD han nombrado a Andrea Nahles como líder del partido, la primera mujer en sus más de 150 años de historia. ¿Serán una ventana para la esperanza o simplemente un brindis al sol?

La presencia femenina en los ministerios

Cancillería Federal: En la casa de Angela Merkel (CDU) tres mujeres tienen funciones de liderazgo. Dorothee Bär (CSU) es responsable de la digitalizació;, Annette Widmann-Mauz (CDU) de la migración, los refugiados y la integración, y Monika Grütters (CDU) es responsable de la cultura y los medios de comunicación. Hendrik Hoppenstedt (CDU), el único ministro de Estado de sexo masculino en la oficina del canciller, se centra en reducir la burocracia y las relaciones entre el gobierno federal y los gobiernos estatales.

Ministerio Federal de Asuntos Exteriores: Michelle Müntefering (SPD) es ministra de Estado de Política Cultural Internacional. Sus cuatro colegas masculinos, un ministro de Estado y dos secretarios de Estado, por otra parte, se ocupan de cuestiones de política exterior como Europa o las relaciones con los Estados Unidos y Rusia.

Ministerio Federal de Justicia: Bajo el mandato de la ministra Katarina Barley (SPD) la relación entre los sexos es equilibrada. Su equipo incluye a Rita Hagl-Kehl (SPD) y Christiane Wirtz (independiente), así como dos secretarios de Estado varones.

Ministerio Federal de Finanzas: Junto a Bettina Hagedorn (SPD) y Christine Lambrecht (SPD) se encuentran en su ministerio otros dos secretarios de Estado de sexo masculino.

Ministerio Federal de Medio Ambiente: Rita Schwarzelühr-Sutter (SPD) es la única secretaria de Estado del Ministerio. También hay dos hombres en estas funciones.

Ministerio Federal de Sanidad: El ministro de Sanidad Jens Spahn (CDU) cuenta con Sabine Weiss (CDU), la única mujer de las tres Secretarías de Estado del ministerio.

Ministerio Federal de Educación: Cornelia Quennet-Thielen (independiente) tiene que imponerse a tres hombres como única secretaria de Estado en el ministerio dirigido por la ministra de Educación Anja Karliczek (CDU).

Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo: Maria Flachsbarth (CDU) es la única secretaria de Estado en este ministerio. Además de ella, otros dos hombres ocupan este cargo.

Ministerio Federal de la Familia: Dirigido por Franziska Giffey (SPD), en el ministerio hay dos secretarias de Estado, Caren Marks (SPD) y Juliane Seifert (SPD). Sólo tienen a un colega masculino.

Ministerio Federal de Trabajo: La relación en el Ministerio encabezado por Hubertus Heil (SPD) es similar. Anette Kramme (SPD), Kerstin Griese (SPD) y Leonie Gebers (SPD) son tres mujeres que trabajan como secretarias de Estado. Sólo hay dos hombres en este puesto.¤

Carmen Viñas (@carmeninberlin). Periodista con base en Berlín. Corresponsal de la Cadena Ser para Alemania, donde también ha trabajado para El Mundo y W Radio. Buena parte de su trayectoria profesional la ha desarrollado como redactora jefe en medios locales y regionales en España.
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