El mantra socialdemócrata se sigue repitiendo: «debemos renovar el partido». Los viejos, los nuevos, los que ya han fracasado, los que tienen algo para dar, los que conocen el partido, los que conocen sus mañas, los enojados, los cómodos, los delegados presentes en el congreso del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Todos. Todos dicen lo mismo: «tiempo de una renovación». ¿Y que fue lo que sucedió ayer? Se eligió como jefa del partido a Andrea Nahles, símbolo de la continuidad. El 66% optó por un estilo y una forma de hacer política que ha llevado al SPD a su peor momento histórico.
Veamos entonces cuatro elementos para resaltar sobre lo sucedido en el último congreso de la socialdemocracia germana:
1- La primera mujer en 150 años. Es raro que uno de los partidos que más ha hecho por los derechos de la mujer y por la igualdad de género haya tenido que esperar un siglo y medio para tener a su primera presidenta del partido. Incluso los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) eligieron a una presidenta antes que el SPD. Y parece que no se equivocaron porque con ella ganaron cuatro elecciones consecutivas. Estamos hablando de Angela Merkel quien preside la CDU desde 2000. Es una buena noticia que el SPD tenga una presidenta. Se trata de un mensaje que fortalece una de las columnas más importantes del pensamiento socialdemócrata: la igualdad de oportunidades para todos sin importar género, procedencia o clase social.
2- El partido sigue partido. El resultado de Nahles nos recuerda al de hace algunas semanas cuando un tercio de los afiliados del partido votó en contra de formar una nueva gran coalición. En el SPD existe un tercio que no está conforme con lo que deciden sus dirigentes. En efecto, esta votación debía ser una mera formalidad ya que Nahles había sido designada a dedo por el anterior jefe del partido, Martin Schulz. Lo normal hubiese sido que la candidata nominada por la mesa chica obtuviese alrededor del 90% de los votos de los delegados. Sin embargo, está claro que «lo normal» en el SPD ya no tiene lugar. Y resulta evidente que la división en el SPD sigue vigente, incluso ya dentro del propio aparato partidario.
3- No pienses en un elefante. George Lakoff es un sabio. Cada día me convenzo más de ello. Su frase y título del best-seller: «No pienses en un elefante» explica leyes fundamentales de la comunicación política que cientos de libros de gurúes de la compol son incapaces siquiera de describir. La idea es simple: Si le pides a alguien que no piense en un ELEFANTE, seguramente lograrás que piense en el ELEFANTE. Imaginen las implicaciones de esta premisa en el discurso político.
Y ahora veamos este ejemplo de la política alemana: El mensaje de Nahles en sus intervenciones de ayer y en el video que subió el SPD a sus redes pone el acento en lo siguiente: «no somos dos partidos, no estamos dividos, somos un único partido». Aquel que sea incapaz de ver este enorme elefante en el discurso de la nueva presidenta de la socialdemocracia alemana está completamente ciego.
4- La estrella fugaz. Kevin Kühnert, jefe de los Jusos y reconocido líder de la rebelión de los enanos que puso en jaque la formación de una nueva gran coalición (al menos desde un punto de vista simbólico), estaba condenado a ser el lider de la resistencia interna. Una voz que represente a aquel tercio que no votó por Nahles ni quiso que el SPD vuelva a pactar con Angela Merkel. Alto volaba Kühnert, incluso se daba el lujo de darle consejos de comunicación, muy atinados por cierto, al distraído secretario general del partido, Lars Klingbeil, quien no tuvo mejor idea que decir que le aburría la discusión sobre el dinero estatal que reciben los desempleados (Hartz IV). Sin embargo, Kühnert, el enano más grande de todos, la nueva estrella del SPD, se convirtió en una estrella fugaz, una esperanza efímera. Una verdadera decepción para sus seguidores. Kühnert dijo que votaría por Nahles, pese a haber estado en la vereda opuesta hace apenas semanas. Y lo justificó diciendo que tuvo muchas charlas con ella que lo convencieron de que estaba realmente comprometida con la renovación. Para muchos es indefendible, para otros entendible. Lo que todos comparten es que este cambio de opinión obedece a las reglas de un SPD que todos quieren cambiar: puertas adentro y sin transparencia.
Para saber quién es Andrea Nahles escucha nuestro podcast:
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Franco, Nahles no es del ala izquierda del SPD? No crees que pueda virar hacia un discurso más a favor de la redistribución y la justicia social? Y porque varios dirigentes del DIE LINKE felicitaron la elección de Nahles como secretaria general del SPD; quieren reemplazar la Groko por una coalición roja-roja-verde en el futuro?
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Hola Germán, voy por partes. Nahles: Más allá de la pertenencia de Nahles al ala izquierda o moderada (de hecho perteneció a Forum Demokratische Linke 21, agrupación de izquierda dentro del SPD, pero lo dejó en 2014), lo importante es que su figura representa las prácticas de la vieja política dentro del partido. Es diputada desde hace 20 años, ha tenido todos los cargos (ministra, secretaria de estado, secretaria del partido, jefa de Jusos, portavoz de grupo parlamentario, etc.). Su designación fue determinada a dedo en un momento en el que la socialdemocracia era un hervidero y la crítica hacia la cúpula dirigencia era enorme, incluso dentro de ella (léase Olaf Scholz). Este cúmulo de elementos sumado al discurso de «renovación» que la propia Nahles sostiene nos obliga a concluir que el SPD seguirá siendo un partido roto, dividido, fracturado. Y como tal incapaz de atraer el apoyo social necesario para volver a ser un partido mayoritario y así pelear por la cancillería. No se puede generar la unidad solo gritando «no somos dos partidos», como lo hizo Nahles en su intervención del domingo. Hace falta otro tipo de gestos. Y no alcanza con el contenido de la agenda, como siempre se tiende a creer en las formaciones progresistas, hay que pensar antes en el mensaje.
Sobre rot-rot-grün como posible coalición solo puedo decir que es parte del pasado, al menos por un tiempo largo. Con el SPD en 18, verdes y die Linke en 10, apenas llegan a un tercio.
Un saludo y gracias por tus comentarios!
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Coincido plenamente con el análisis Franco. Y gracias a vos por contestar siempre y por esta gran pagina. A seguir así de bien…Un saludo
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