Aquel que haya pensado que luego de las elecciones del pasado 22 de septiembre el panorama político alemán iba a estar definido no podía estar más lejos de la realidad. Los comicios fueron apenas un primer escalón hacia la formación del gobierno que sucederá a la coalición negra y amarilla (Schwarz-Gelb) entre la Unión Demócrata-Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel y el Partido Liberal (FDP).
Una cosa es clara luego de los resultados electorales el FDP no ha conseguido el mínimo del 5% de los votos para ingresar al Bundestag, lo cual se traduce en un cambio de gobierno obligatorio, parcial o total, pero cambio al fin. Las posibilidades de que el cambio sea total, es decir, de que Merkel deje de ser canciller, es muy difícil en términos políticos, pero no imposible ya que el resto de los partidos juntos logran la mayoría absoluta de escaños, algo que la CDU no posee.
Las posibles coaliciones de gobierno son cuatro y una quinta opción que resuelva esta situación sería el llamado a nuevas elecciones. Este es un breve y superficial repaso de cada una de estas alternativas:
CDU-SPD: La gran coalición (die Große Koalition) superaría extensamente la mayoría absoluta. De hecho la oposición (Verdes y die Linke) pasaría a tener un rol meramente testimonial ya que ni siquiera llegarían al 25% mínimo que hace falta para armar una comisión investigadora. Tanto CDU como SPD tienen interés en un acuerdo, ya que saben que podrían llevar adelante muchas de las políticas que se proponen y ambos confían en imponer sus prioridades en la mesa de negociaciones. No obtante, el SPD todavía no resolvió el descontento interno que existe respecto de esta posibilidad, lo cual podría traer complicaciones en las negociaciones. Hasta ahora los socialdemócratas han intentando mostrarse fuertes y con capacidad suficiente para exigir un alto precio por una gran coalición. Mientras tanto la CDU todavía no ha emitido declaraciones oficiales y solo hay rumores sobre posibles acercamientos en temas como el aumento de los impuestos (Algo que la CDU negó durante toda su campaña). Muchos consideran que en este tipo de negociaciones el que espera es el que tiene el poder. El SPD no para de hablar del tema y de sus propuestas, aunque tras las elecciones han dicho que «la pelota está del lado de Merkel», la CDU… espera.
CDU-Verdes: Los verdes todavía sufren las repercusiones de su decepcionante resultado electoral. Muchos dirigentes renunciaron o amagaron con hacerlo. Una nueva cúpula, más cercana al ala pragmática del partido (los «Realos»), podría facilitar las negociaciones. Otro punto a favor que acerca al partido de Merkel con los verdes es la nueva hipótesis política que manejan algunos líderes como la ex candidata Karin Göring-Eckardt: «El Partido Verde debe ocupar el lugar libre que ha dejado el FDP» (Fuente: Artículo de Cicero Online – en alemán). El único que se expresó absolutamente en contra de esta posible coalición fue el líder bávaro recientemente reelecto en su Land, Horst Seehofer (CSU). Los antecedentes de alianzas entre estos dos partidos no son lo más alentadores. Tanto en Hamburg como en Saarland finalizaron en fracaso.
CDU-Linke: Sobre esta coalición no hace falta escribir demasiado. Ambos partidos se encuentran en posiciones ideológicas absolutamente opuestas y tal es el desinterés de ambas partes que ni siquiera salieron a descartar la posibilidad.
SPD-Verdes-Linke: Todo el espectro progresista de izquierda en Alemania se inclinaría por esta opción. El SPD lo descartó durante la campaña electoral al igual que el partido Verde. Sin embargo, algunos medios de comunicación han manifestado que la posibilidad todavía no está muerta. Cem Özdemir (Partido Verde) ha declarado públicamente que él no tendría problema alguno con esta coalición. Die Linke, a través de una de sus dirigentes más importantes Katja Kipping, también manifestó su buena predisposición para discutir el tema. De todos modos, son pocos los que se imaginan una oposición liderada por Merkel, y más aún luego de su resultado electoral. Antecedentes hay: su mentor Helmut Kohl (CDU) en 1976 y en 1980 obtuvo el mayor porcentaje pero no pudo ser elegido canciller ya que triunfó la alianza socialdemócrata-liberal.
Nuevas elecciones: Si todas las negociaciones fracasan y ninguna de las opciones anteriores se concretan, se llamará a nuevas elecciones. El panorama en el Bundestag cambiaría ya que según las encuestas de TNS-Emnid el partido Alternativa para Alemania (AfD) lograría superar el 5%. La CDU obtendría algunos puntos porcentuales más y el resto de los partidos alcanzarían resultados relativamente similares a los del 22 de septiembre.