La trampa que el SPD se puso a sí mismo

Quien sigue de cerca el curso de las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno alemán tras las elecciones del pasado 22 de septiembre ha notado que un hombre del Partido Socialdemócrata (SPD) tiene más menciones en la prensa que la propia Merkel. Estamos hablando del jefe del SPD desde 2009 y cabeza visible del partido tras la derrota electoral: Sigmar Gabriel.

Gabriel tiene por delante la peligrosa y complicada tarea de conducir al SPD de cara a las negociaciones con la Unión Demócrata-Cristiana (CDU). Es una tarea peligrosa porque si no toma las decisiones correctas, su partido puede volver a sufrir un duro golpe como en 2009. Su carrera estaría así finalizada. Al mismo tiempo es una tarea complicada ya que el SPD, por un lado, se prepara para una negociación hacia «afuera» con la CDU, es decir con Merkel, su enemigo político número uno. Y por otro el SPD no debe ignorar el frente «interno» que se ha formado tras las elecciones: Un debate entre los propios socialdemócratas sobre formar gobierno con Merkel o permanecer en la oposición. Gabriel propuso resolverlo salomónicamente: Cuando finalicen los sondeos con la CDU se dispondrá una votación de las bases del partido para decidir si se avanza en la conformación de la gran coalición.

Gabriel
Justo. Recto*. Gabriel. ¡El 22 de septiembre vote SPD! Fuente: www.sigmar-gabriel.de

Resulta difícil no pensar que esta idea solo es una maniobra política para legitimar la decisión final. Aunque paralelamente parece una propuesta demasiado riesgosa frente a una opinión pública que ya se ha manifestado a favor de una gran coalición. El SPD está generando una expectativa demasiado grande con sus anuncios sobre posibles ministerios, temas irrenunciables, y otras condiciones de negociación. Esto no hace más que complicar su situación ya que cuando las expectativas son grandes, la decepción puede ser aún mayor si las negociaciones fracasan o la base socialdemócrata finalmente se pronuncia contra la gran coalición.

En lugar de actuar siguiendo la idea que lanzó su ex-candidato y ex-dirigente Peer Steinbrück: «La pelota ahora está del lado de Merkel«, es decir, esperar pacientemente la primera propuesta de los conservadores, el SPD no se ha podido controlar y se ha dejado llevar por el juego mediático. Dado el escenario actual que el propio SPD ha sabido construir, la única salida para los socialdemócratas es una gran coalición. Un fracaso de las negociaciones solo empeoraría su situación. No es casual que Der Spiegel lo haya definido hace pocos días como el «Partido más complicado de Alemania«.

Si ser oposición podía ser alternativa luego de las elecciones, hoy parece imposible. El SPD se ha tendido la trampa a sí mismo.

* «Geradeaus» es la palabra utilizada para seguir un camino hacia adelante sin girar a la derecha ni a la izquierda.

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