Antes de conocerse los resultados de las elecciones regionales de Saarland celebradas el domingo pasado, los medios de comunicación tenían dos titulares preparados: Continúa el efecto Schulz, en caso de que el partido Socialdemócrata (SPD) ganase, y Se terminó el efecto Schulz, en el caso de que el triunfo fuese de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel. Sucedió lo segundo y toneladas de periódicos, noticiarios, analistas y twitteros no dudaron en manifestar esta mirada lineal del significado de la elección del domingo. Más allá del reduccionismo es posible que exista en la prensa una necesidad de dramatizar la campaña, es decir, en americanizarla y convertirla en una suerte de carrera de caballos.
En todo caso, es preciso afirmar que lo importante que deja esta elección no es el «efecto Schulz». Un efecto que en principio ha existido, ya que antes de la candidatura de líder socialdemócrata, el SPD de Saarland apenas alcanzaba los 24 puntos y en dos meses creció hasta los 30. Vayamos entonces a las cuatro cosas relevantes que hay que observar para entender el alcance de los comicios de ayer:
1- Luego de mucho tiempo son los partidos tradicionales, más precisamente la CDU y el SPD, los que mayor provecho sacaron de la incorporación de abstencionistas al electorado. Hasta ahora este grupo había sido casi en exclusividad aprovechado por la ultraderecha. La participación electoral ascendió más de ocho puntos y habría que remontarse hasta 1994 para encontrar una participación del 70%. La mitad de esos diez puntos fueron a parar a la CDU lo cual nos da la primera clave de la elección: una porción importante del electorado indeciso fue reacia a la idea de un gobierno de izquierdas entre el SPD y die Linke. En este sentido, coincido con el experto Raúl Gil que advierte sobre el impacto negativo de esta lógica para el partido de Martin Schulz en las federales de septiembre. ¿Es la idea de un gobierno rojo-rojo-verde un lastre para el SPD y en consecuencia una ventaja para Merkel?
2- No siempre es válido reducir un resultado electoral regional a las tendencias a nivel nacional. Creer que el efecto Schulz era la única variable independiente es subestimar el desempeño del gobierno, o más precisamente la percepción y consiguiente valoración del mismo por parte del electorado. La reelegido gobernadora de Saarland obtiene valoraciones positivas extraordinarias de su gestión. Y su imagen es también positiva. Incluso casi la mitad de los votantes de die Linke creen que ha hecho un buen trabajo. Esto combinado a la percepción de bienestar que reflejan las encuestas sobre la situación económica en Saarland indica que no había mayores razones para sorprenderse por un triunfo de la CDU.
3- Que la ultraderecha de AfD no obtenga los rutilantes números de las últimas regionales en las que superaba el 20% no significa que su ingreso al parlamento sea un detalle menor. AfD ha ingresado ya a once de los 16 parlamentos regionales, como así también al Parlamento Europeo. Desde 2014 Afd no ha quedado nunca por debajo del piso obligatorio, es decir que su instalación en el sistema político alemán ha dejado de ser por lejos una excepción. Alternativa para Alemania es una fuerza política que se sostiene en el tiempo a base de golpes de efecto y aprovechamiento estratégico de la coyuntura. Y además a diferencia de otras fuerzas de ultraderecha europeas, AfD no es lider-dependiente. ¿Que sería de Front National sin Le Pen? ¿O el PvV holandés sin Wilders? AfD se sostiene más allá (o a pesar de) sus líderes. Las internas son recurrentes y llegan incluso a resoluciones es drásticas, como la salida del fundador del partido Bernd Lucke. Sin embargo, la ultraderecha alemana sigue vigente. En Saarland lo ha demostrado una vez más.
4- Finalmente es preciso hacer referencia a la candidatura del socialdemócrata Martín Schulz. Y para ello me limitaré a citar una conversación que tuve con el arriba mencionado Raúl Gil: Esta derrota puede ser interpretada como algo positivo para el SPD. Servirá para bajar al SPD y a Schulz nuevamente a tierra y evitar una subestimación de la campaña federal. Falta todavía medio año para las elecciones y creer que ya están ganadas sería un craso error para el SPD. En efecto, estarían olvidando una ley fundamental de la política alemana: Nunca, pero nunca, subestimes a Frau Merkel.
Fuente de la foto: cdu-saar.de
Muy interesante como siempre. Me gustarí tener número de votos por partido land por land. Opinión sobre futuro de Lafointaine. Abz
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Hola Daniel! Estamos trabajando en una sección con la configuración de los electorados en cada Land. Respecto a Lafontaine podemos decir que este 13% ha sido su despedida de la política. Tal vez él hubiese deseado un adiós menos discreto, pero su partido actualmente no está en condiciones de ofrecer más que eso. La aparición de AfD y la puja por electorados en común a dejado a su partido en off-side. Die Linke debe reordenarse discursivamente o no creo que superen los resultados de 2013, incluso que los igualen. Saludos!
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Interesante análisis. Crees que AfD siga vigente para septiembre y pueda ingresar al Bundestag? Desde luego no creo que el haber obtenido un resultado de menos del 10% sea un signo de desaparición, pero es indudable que a nivel federal hay una baja de unos tres o cuatro puntos. Saludos!
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Creo que AfD va a llegar a septiembre con varios puntos por sobre el piso obligatorio de 5. Incluso creo que los resultados arrojarán algunos más, que las encuestas no reflejan pero que siempre obtuvo AfD en cada una de las 11 elecciones regionales que se celebraron desde 2013.
Es cierto que están en baja, pero también es cierto que se van a ver fortalecidos en caso de que el próximo gobierno vuelva a ser una gran coalición.
Un abrazo y gracias por comentar!
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