El hundimiento pirata

La bandera pirata duró tres años en la política alemana. El partido pirata pudo haber representado un verdadero cambio en la forma de hacer política en Alemania, pero fue justamente eso lo que lo llevó al fondo del mar: solo se ocuparon de las formas.

Es que el partido pirata alemán no era más que una reacción al desinterés de la política por Internet y sus usos, por un lado, y a la falta de legislación y reglas al respecto, por otro. No existía una visión política para abordar los nuevos problemas derivados del desarrollo de la red. Así fue que los piratas lograron establecerce como representantes de esos intereses específicos y paralelamente fueron capaces de relacionarlo con un debate eterno en la política: la transparencia. Así alimentaron las esperanzas de los «desencantados» con la vieja política (lo que hoy en día en España es conocido como «la casta») y se convirtieron en una sensación electoral logrando ingresar al parlamento regional de cuatro Länder entre 2011 y 2012. Todo un logro para un partido casi debutante.

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De la transparencia como issue de su agenda política hicieron una identidad. Cada diputado pirata recurría una y otra vez a la fórmula: «No tengo idea sobre este tema. Me informaré al respecto». Esto denotaba humildad, sinceridad y hasta seriedad por parte de los jóvenes políticos que parecían ser capaces de reconocer sus deficiencias y mostrarse abiertos a trabajar sobre ellas. Sin embargo, la percepción social sobre los piratas se fue erosionando. Peleas internas, incapacidad para establecer posiciones sobre temas clave y sobre todo un relativo aburrimiento por parte de la prensa. Los piratas habían pasado de moda.

El cóctel fue mortal: conflictos internos irresolutos, posiciones políticas errantes y erradas, caída en las encuestas de opinión y desinterés de la prensa. Esta constelación de factores llevó al partido pirata a un proceso de implosión que parece desarrollarse tan rápido como su ascenso. Sus figuras más importantes renunciaron al partido y quedan pocas esperanzas de recuperarse y volver a ser una alternativa política potable. Los ciudadanos indignados ya se inclinaron por nuevas alternativas, como la euroescéptica AfD, y el resto de su heterogéneo electorado se baja del barco paulatinamente al igual que sus capitanes. Ha llegado la hora de arriar la bandera pirata en Alemania.

Piraten Berlin Alemania elecciones piratas
Honestidad brutal: «Disculpen, nosotros también nos lo imaginabamos más sencillo. Pero eso no significa que claudicamos». El cartel de Christopher Lauer, ex jefe del partido Pirata de Berlin en 2013. Finalmente Lauer sí claudicó y abandonó el partido. Fuente: Stohl.de.

Fuente de las imágenes: piratenpartei.de, piratenpartei-pankow.de, designtagebuch.de y campaignwatchers.wordpress.com.

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