Existe un un mito que tiene décadas de vida en la política alemana y que se resume en la siguiente frase: «La única diferencia entre el Partido Socialdemócrata (SPD) y la Unión Demócrata-Cristiana (CDU) es su nombre«. Esta máxima, que se ve regularmente alimentada por políticos y periodistas, es una suerte de crítica solapada a estos partidos que optaron por ser «Volkspartei*» (catch-all parties) y para ello ampliaron su agenda de temas y reivindicaciones de clase que poseían en sus inicios.
Sería muy sencillo y casi lineal adjudicar a este mito la razón por la cual estos partidos decidieron sentarse a negociar la tercera gran coalición de la historia alemana. En efecto, analizar este proceso desde ese lugar impide comprender tanto su desarrollo como sus consecuencias. En primer lugar, sí existen diferencias importantes entre estos partidos. En segundo lugar, esas distinciones se dan mayormente en el plano ideológico lo que se refleja en los position issues de cada uno. Y en último término, si bien pueden existir intereses particulares de algunos dirigentes o algunas jugadas políticas concretas (comentadas en parte aquí), la imposición de un partido sobre otro en cada uno de los temas debe entenderse como parte del proceso de negociación y no como una metamorfosis partidaria. Tanto el SPD como la CDU no modificarán su ideología por aceptar propuestas del otro. De hecho, de eso se trata el consenso.

En el contexto actual de negociaciones muchos periodistas y analistas, alemanes y extranjeros, se ven tentados a utilizar aquel mito y aplicar una interpretación en clave «estadounidense», es decir, entendiendo la política como una carrera con un solo ganador final. El sistema político (y el electoral) alemán está diseñado para evitar esta dinámica, y por el contrario para fomentar el consenso político.
El resultado concreto de las negociaciones podrá ser más o menos doloroso para los partidos, pero no es clave para entender su futuro. En este sentido, para comprender ese futuro lo importante no es observar el resultado de las negociaciones estrictamente, sino que es preciso analizar la capacidad de comunicar dicho resultado y posteriormente su desarrollo desde la comunicación gubernamental. Con la construcción de encuadres o frames inteligentes tanto Angela Merkel (CDU) como Sigmar Gabriel (SPD) pueden obtener réditos políticos independientemente del contrato de coalición (Koalitionsvertrag) que firmen.
* Partido que se dirige a todo el electorado sin distinción de clase social o posicionamiento ideológico.