Las elecciones en Thürigen arrojaron un resultado particular: para el partido de la Izquierda (die Linke) significó uno de sus mejores desempeños históricos, mientras que para el partido Socialdemócrata (SPD) uno de los peores. La paradoja es que es el SPD, más precisamente sus afiliados, el que tiene la potestad de permitir que Bodo Ramelow se convierta en el primer gobernador (Ministerpräsident) de die Linke en la historia de Alemania. Todo depende de que los socialdemócratas apoyen la idea de conformar un gobierno entre die Linke (como socio mayoritario), el SPD (cuarta fuerza) y los verdes (quinta fuerza). Esta coalición rojo-rojo-verde (rot-rot-grün) dejaría en la oposición a la Unión Demócrata-Cristiana (CDU) y a los euroescépticos de Alternative für Deutschland (AfD).

Durante la campaña die Linke apostó todo a la figura de Ramelow y optó por una estrategia de estilo «Koalitionsfähig» (capacitado para coalicionar). Esto significó una «estilización» de su agenda electoral que incluía la eliminación de demandas y reivindicaciones de difícil ejecución y alto coste. En otras palabras, las típicas exigencias de un partido que prefiere ser oposición y contralor parlamentario. Die Linke vio la oportunidad y la quiso aprovechar tal vez resignando algunas banderas en pos de un pragmatismo que le permita ser gobierno.
Ahora está todo en manos del SPD, que a fuerza de consultas partidarias a sus afiliados pretende convertirse en el partido más democrático y horizontal de Alemania. Las decisiones importantes, como por ejemplo la gran coalición con la CDU de Angela Merkel o el sucesor como alcalde de Berlin, ya no son cocinadas en lo que en alemán se conoce como «Hinterzimmer» (la habitación del fondo) entre las cabezas del partido. Tampoco se dejan en manos de la instancia del congreso partidario donde una pequeño número de delegados es el que decide. El SPD ha optado por el Mitgliedervotum (voto de los afiliados) mediante el cual cada socialdemócrata afiliado al partido tiene el derecho a participar de forma vinculante.
Los socialdemócratas «de a pie» serán entonces los que decidirán si aprueban la recomendación de la cúpula partidaria de la región, que se inclinó por un gobierno con die Linke y los verdes en Thüringen, o bien si rechazan esta idea y certifican lo que indicaban las encuestas postelectorales:
ACTUALIZACIÓN: SPD ACEPTA COALICIÓN CON DIE LINKE. BODO RAMELOW SERÁ GOBERNADOR DE THÜRINGEN.
70% a favor de coalición con @dieLinke, asi votó @SPDThueringen. A 25 años de caída del muro habrá gobernador de izq x 1ra vez en #Alemania
— Franco Delle Donne (@fdelledonne) 4. November 2014
69,93 Prozent für Rot-Rot-Grün.
— SPD Thüringen (@SPDThueringen) 4. November 2014
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— Bodo Ramelow (@bodoramelow) November 4, 2014
.@watch_spd dice q la suma de los votos negativos y los no votantes significan mayoría contra la decisión de coalicionar con die Linke #r2g
— Franco Delle Donne (@fdelledonne) November 4, 2014