Sachsen se sitúa al este de Alemania, habiendo sido parte de la antigua RDA. Luego de la caída del muro y la posterior reunificación, Sachsen logró convertirse en la región más próspera de los nuevos Bundesländer (se les llama «nuevos» a los cinco Estados Federales incorporados a la República Federal Alemana en 1990).

Pese a ese fuerte crecimiento económico, Sachsen, junto al resto de Alemania Oriental, sigue estando por debajo de los niveles de sus vecinos occidentales. Esta región fue gobernada históricamente por la Unión Demócrata Cristiana (CDU). En un principio en soledad por la apabullante mayoría absoluta conseguida en 1990, 1994 y 1999, y luego como cabeza de todas las coaliciones subsiguientes.

Actualmente Sachsen es gobernada por una gran coalición entre democristianos de la CDU y socialdemócratas del SPD:

En el parlamento regional (Sächsischer Landtag) poseen representación cinco partidos políticos. Además existe un pequeño grupo de no inscritos que se alejaron del grupo parlamentario de AfD tras el alejamiento de Frauke Petry de la dirección del partido.

Apenas cuatro de los 16 gobiernos regionales en Alemania se componen de esta alianza entre los partidos mayoritarios. La gran coalición se ha transformado en la única forma de evitar la formación de tripartitos. Esto se debe a la continua caída que sufren tanto la CDU como el SPD en cada elección regional. Una tendencia que se ha profundizado a partir de la llegada del partido ultraderechista, AfD.

No obstante, el caso de Sachsen es algo diferente. Aquí la incapacidad de continuar con un gobierno entre democristianos y liberales tras las elecciones regionales de 2014 se debió exclusivamente a la debacle del FDP. Los liberales cayeron por debajo del 5% y con ello se quedaron sin representación parlamentaria. Asi fue como la CDU optó por negociar con el SPD y este último aceptó gustoso. De hecho, en esos tiempos, la gran coalición parecía estar de moda. Incluso a nivel federal. El gran impacto de esa elección fue la llegada de los ultraderechistas a un parlamento regional. Algo que fue ignorado por la inmensa mayoría de los políticos, quienes pensaban que se trataba de un fenómeno temporal atribuible al voto castigo de un puñado de indignados. Tardaron unos años en percatarse de su craso error. Pero esa es otra historia.

Tres años más tarde, en 2017, tuvieron lugar las elecciones federales. Sachsen fue noticia. Los resultados dejaron en estado de shock a la CDU: AfD había logrado el primer lugar en la región. Por apenas 0,1% había logrado desplazar a la CDU. Y como si eso fuera poco, se había quedado con tres mandatos directos. Sachsen se había convertido en el símbolo de lo que sucedía en la política alemana. Ya nada sería igual en el tablero político germano.

Sachsen posee el 5,3% de los escaños en el Parlamento Federal (Bundestag), lo que la convierte en la región del este con mayor representación.

En el Bundesrat, la cámara alta de Alemania, poseen cuatro votos, dividos en partes iguales entre los dos miembros de la coalición gobernante.

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Foto de fondo en la portada: Sächsische Staatskanzlei de Kolossos (CC BY-SA 2.5), vía Wikimedia Commons.

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