La táctica de la incorreción política

Uno de los elementos que más sorprende al mundo político alemán, asi como a periodistas y observadores, es que el crecimiento meteórico del partido ultraconservador Alternativa para Alemania (AfD) se ha logrado mediante la utilización de un discurso político demagógico que en algunos casos roza los límites del racismo y la xenofobia.

Durante las campañas electorales casi simultáneas que se celebraron en tres Länder (Estados Federados) del este de Alemania en 2014, los líderes de AfD notaron algo interesante. Observaron que endureciendo su discurso no solo captaban a aquellos conservadores descontentos con la CDU, sino que también lograban incorporar a sectores apolíticos, desilusionados con los partidos tradicionales y ávidos de respuestas rápidas a problemas complejos.

AfD se presentaba como una voz opositora intransigente, que no se limitaba a criticar al gobierno de turno, sino que se dirigía hacia todo el sistema político en general y a cada partido político tradicional en singular. Así fue como logró ingresar a los tres parlamentos regionales con aproximadamente el 10% de los votos. Un resultado nada despreciable, pese a que la participación electoral apenas alcanzó el 50%.

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Con la última renovación en la cúpula dirigencial, que para muchos era un certificado de defunción, AfD termina de tomar el rumbo ultraconservador. Esto representa una profundización de los lineamientos políticos más controversiales que no solo tienen que ver con la crítica a la política en general, sino con una ruptura respecto de algunos temas tabú que hasta ese momento solo eran parte del discurso político de la derecha más extrema. Así fue como poco a poco sus voceros fueron apelando a la incorrección política para demostrar coraje y decisión frente a problemas que manifestaban algunos sectores de la población. Ejemplo de ello es el tema de los inmigrantes que en los ojos de AfD representan un problema y deben estar controlados y limitados. En otras palabras, según AfD Alemania debería ocuparse de sus propios problemas antes de solucionar los problemas de otros.

 

Esta frase que a primera vista pareciera gozar de una lógica, en realidad es un argumento peligroso. Por un lado porque solo esboza una solución mágica que en los hechos no es aplicable y por otro porque estigmatiza al inmigrante y con ello favorece la segregación. En este sentido, AfD se autodefine como el partido del «sentido común» y ello le sirve de justificación para proponer soluciones reduccionistas para problemas de una alta complejidad.

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Afiche de la campaña antirefugiados de AfD. Imagen a la izquierda: «Falsificación». Imagen a la derecha «Verdad». Abajo: «Ofensiva de otoño 2015. ¡A detener el caos por asilo y la crisis europea!». Fuente: Fan-Page de AfD en Facebook.

Ya sea con el tema de la inmigración, así como con otros como familia, criminalidad o igualdad de género, el discurso de esta fuerza política se caracteriza por la falta de filtros, lo que comúnmente se conoce como lo políticamente correcto. Esto le permite incorporar a sectores del electorado, cuyos miembros ven justificadas sus posiciones políticas y sociales que hace algunos años eran inimaginables en Alemania.

 

Más información sobre el crecimiento de los ultraconservadores:

1- Estrategia política: Ultraconservadurismo sin filtros.
2- Discurso político: La táctica de la incorreción política. 
3- Explotación del contexto: El trípode Pegida-Refugiados-París.

Este texto es un extracto de artículo publicado originalmente en el Centro Alemán de Información para Latinoamérica y España.

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