¿Exagerado el título? Para nada. La escalada que se ha manifestado en los afiches electorales de las elecciones comunales del próximo domingo en Baviera (Bayern) lo certifican. Ataques y contraataques parecen ser los únicos instrumentos que han utilizado los creativos de los partidos bávaros de Munich (München) para construir sus mensajes electorales.
Comencemos con la hegemónica Unión Social-Cristiana (CSU) que desde 1984 intenta arrebatarle la alcaldía de München al Partido Socialdemócrata (SPD). Para lograr este objetivo la CSU puso en marcha una agresiva e innovadora estrategia de «ataque multilateral». Es decir, no solo el SPD fue el blanco de sus críticas sino que el Partido Verde (Bündnis 90/die Grünen) tambien recibió algunos cachetazos.
Click en las imágenes para ver la traducción. Fuente: www.facebook.com/josefschmid2014.
La idea base fue adueñarse de los conceptos del enemigo y readaptarlos a la agenda de los conservadores. Así, el «sozial», propio del SPD, pasó a ser una cualidad de la CSU en función del problema habitacional. De igual forma el adjetivo verde también es incorporado al discurso conservador mediante el tema del transporte público y la ampliación de la red de trenes subterráneos. Pero la CSU, no conforme con presentar batalla cultural para resignificar y arrebatarle conceptos al enemigo, fue aún más allá: acusó abiertamente al SPD de clientelismo político y «amiguismo» en el reparto de cargos públicos. Este tipo de ataques no son habituales en las campañas electorales de Alemania (@raulgilb puede dar fe de ello). Tal vez la CSU haya decidido romper estas reglas no escritas producto de su «ego lastimado» tras décadas de derrotas en la ciudad. Otra posible razón es la necesidad de los conservadores de Baviera de recuperar territorios metropolitanos, un problema que también sufre su partido hermano, la Unión Demócrata-Cristiana (CDU). Un último punto es la clara tendencia de la CSU de no ceñirse a los límites de la corrección política, de lo cual ya tuvimos este ejemplo. Esta impronta es producto del estilo de liderazgo de Horst Seehofer (CSU), un hombre que piensa que gracias a sus políticas Baviera «se encuentra en los escalones previos al paraíso«.
Así comenzó la batalla de Munich, con una CSU dispuesta a romper con algunos códigos de la comunicación política germana con tal de recuperar la capital del Land más rico de Alemania. No obstante, para que exista una batalla hace falta un contrincante (o varios). Es por ello que en los próximos días estaremos escribiendo sobre la respuesta de los verdes al ataque de los conservadores y sobre la penosa campaña que lleva adelante el SPD, que según los medios de comunicación locales «está haciendo todo para perder».